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¡Vivir es un arte!, muchos afirman; y es que este arte será más o menos enriquecedor de acuerdo a la actitud que tengamos ante los cambios y contratiempos de la vida. Sin duda son habilidades sociales que vamos adquiriendo conforme vamos creciendo. Como padres, tenemos ahora la posibilidad de entregarle estas habilidades de optimismo, flexibilidad y positivismo a nuestros hijos ¡desde muy temprano!
Los chicos suelen frustrarse fácilmente ante situaciones que para ellos son “muy graves”, y parte de enseñarles a ver el “vaso medio lleno” en lugar de “medio vacío” es aprovechar esos momentos para usar algunas técnicas efectivas, recomendadas por expertos en psicología positiva:
- Mostrar el lado positivo: En lenguaje sencillo, es importante mostrarles el lado bueno de las cosas que ellos perciben como malas. Por ejemplo: Si tu hijo es muy alto en comparación con sus amiguitos, muéstrale los beneficios de tener una estatura considerada “alta” como por ejemplo, jugar basketball, alcanzar cosas sin necesidad de usar una escalerilla, correr distancias más eficientemente, etc.
- Ofrecer opinión constructiva: Si después de un ataque de rabia o frustración, le explicas a tu hija o hijo cómo eso NO ayudó a encontrar la solución, y le ofreces la solución de manera objetiva, a través de la calma y desde el ángulo del positivismo, él o ella podrá comparar escenarios y abrir su mente a esta manera positiva de manejar los malos ratos.
- Recontar o compartir experiencias personales para conectar con ellos. De este modo, ya no sienten que estas cosas “sólo le pasan a ellos” y que por el contrario, los contratiempos son normales, y de nosotros depende cómo manejarlos: de manera positiva o de manera negativa.
- Motivarlos con ejemplos de otros niños es otra forma en la que ellos pueden conectar y sentirse entusiasmados a cambiar el mindset. Visita www.VMLNoticias.com para encontrar historias inspiradoras, ¡narradas por niños!
Recordarles a los pequeños que, detrás de cada contratiempo, cada caída, cada mal rato, siempre hay algo positivo: aprender algo, corregir algo, comenzar algo. Ellos, aunque cortos en edad, son grandes en su capacidad de aprendizaje y entendimiento.